Celebramos san Lorenzo en Museo Diocesano de una forma especial durante todo el mes de agosto para compartir su historia con los oscenses y forasteros que nos visitéis estos días:
Por un lado, hemos expuesto en la parroquieta un misal romano del siglo XVIII, conservado en archivo de la catedral, con una singular representación de san Lorenzo, a lomos de un caballo, combatiendo contra los bárbaros junto al emperador san Enrique y san Jorge.
Por otro lado, hemos diseñado un juego para los niños y niñas mediante unas hojas didácticas para que encuentren a todos los san Lorenzos que están representados en las obras del museo y la catedral: ¡dieciséis!, ni más ni menos.Todo un reto al que, por supuesto, también los adultos estáis invitados a participar. Es una oportunidad perfecta para visitar el museo en familia y desplegar juntos vuestras dotes de observación. ¡Quienes logréis esta hazaña obtendréis un pequeña recompensa!
San Lorenzo fue un cristiano martirizado en Roma el 10 de agosto de 258, durante la represión y persecuciones del emperador Valeriano. Su tortura y muerte se produjo al ser colocado sobre las brasas, encima de unos hierros candentes. Así quedó recogido en los primeros relatos martiriales de la antigüedad y en los calendarios de las primeras comunidades cristianas.
Según las tradiciones hispanas medievales el santo y mártir habría nacido en la antigua ciudad de Osca (Huesca). Estas mismas tradiciones lo hacen hijo un matrimonio de patricios romanos, Orencio y Paciencia, quienes vivían en un lugar próximo a la ciudad, en una villa en el término conocido como Loreto. Allí es donde el Papa Sixto II encontró a Lorenzo , siendo niño, de camino al concilio de Toledo, y lo llevó con él a Roma, donde Lorenzo se ocupó de custodiar los bienes de la Iglesia hasta su muerte.
La ciudad pronto lo convirtió en santo patrono y protector. Se custodian reliquias del mismo y se venera con gran devoción, especialmente en los lugares donde, según las tradiciones, vivió: el santuario de Loreto y la basílica de San Lorenzo. El día 10 de agosto se celebra su festividad desde época medieval. Según la Consueta de la Catedral de Huesca del siglo XV la celebración es de “fiesta solemne” por ser “conciudadano y compatriota nuestro”.
Numerosas manifestaciones artísticas representan al santo y las tradiciones laurentinas en todos los templos de Huesca. Con su iconografía habitual: joven, imberbe, vestido con dalmática roja, junto a una parrilla o siendo quemado en ella, y con la palma de mártir en su mano.
A lo largo del recorrido por las salas del museo y las capillas de la Catedral se pueden encontrar muchas de ellas.